
¿Cuál es el perfil de los usuarios de social media de hoy en día?
¿Qué motiva a los consumidores en redes sociales? ¿Cuál es la mejor forma de llegar a ellos? Cada vez más, el usuario se muestra más maduro y natural. Lo cual implica que asume el rastro digital y las consecuencias en su privacidad. Al tiempo, el usuario es más igual a sus semejantes, dejando atrás el perfil estigmatizado de hace años.
Anteriormente, en las plataformas de social media se valoraba más la cantidad que la calidad. Sin embargo, a día de hoy, los consumidores valoran más la naturalidad y la autenticidad. Por tanto, mejor ser real que perfecto. El valor de la realidad se impone a la aspiracionalidad. Y por ello, el formato audiovisual se está imponiendo en las redes sociales. En este sentido, el vídeo –por su espontaneidad y rapidez-, gana protagonismo al texto escrito que precisa de más esfuerzo para su consumo.
En lo relativo al rastro digital, en los últimos tiempos está completamente asumido por parte de los usuarios. Dado el extendido uso de cookies, remarketing y publicidad contextual, los consumidores son ahora conscientes de su seguimiento en internet. Ahora bien, aceptan ese seguimiento y control a cambio de la privacidad. Por eso, las plataformas temporales y de autodestrucción de contenidos están al alza. Esto se debe al nuevo énfasis de los consumidores por proteger sus datos personales.
Teniendo en cuenta este escenario: ¿Cómo pueden imponerse las marcas? Personalizándose, adaptando atributos humanos. Solo así podrán mostrar un contenido que cautive y que destaque sobre la saturación de mensajes que recibimos a diario. En general, el consumidor quiere pasar de una relación transaccional, a una relación donde obtenga algo a cambio. Por eso, resulta fundamental ofrecer un contenido de calidad.
Entre los principales perfiles de los consumidores 2.0 cabe destacar: los outsiders, los menos comprometidos con las marcas, indiferentes a sus contenidos. También encontramos a los curiosos, quienes sienten cierto interés por las marcas. Finalmente, en los segmentos de mayor admiración por las marcas encontramos a los clientes y a los entusiastas.
Los “entusiastas” proliferan, principalmente, en Facebook (71%). Twitter e Instagram también son plataformas propicias a generar reacciones positivas, con un 52% y un 68% de afinidad, respectivamente.
Una vez conocemos los perfiles, deberemos apostar por el cómo. Aquí precisamente entra en juego la importancia del contenido. Para convertir a los usuarios en entusiastas de la marca en redes, será necesario lanzar un contenido útil, propio y en torno a una misma temática.
Finalmente, no podemos olvidar a los influencers. Si bien al comienzo eran cercanos y alcanzables, cada vez más, se han convertido en celebridades, un tanto inaccesibles. Por tanto, progresivamente cobran una mayor importancia los llamados “microinfluencers” muchos más próximos a su target.
En definitiva, el consumidor de social media es, cada vez, más exigente y cambiante. Por tanto, debemos ser ágiles, aportar valor, crear contenidos de calidad, mostrarnos auténticos, trabajar en lo efímero y adaptarnos constantemente.