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¿Es positivo para las marcas renovarse? Conoce por qué las estrategias de rebranding no siempre triunfan

De vez en cuando, las marcas necesitan renovarse para mostrar una nueva imagen ante los clientes reales y potenciales. Actualmente, las acciones de rebranding son muy frecuentes en el marketing, pero ¿por qué a veces fracasan estas estrategias? Os anotamos algunos de los motivos:

  • Casos en que la marca no necesita ningún cambio. Cuando una marca decide apostar por el rebranding, debe hacerlo respondiendo a las demandas de los consumidores, no simplemente porque alguien dentro de la compañía crea que es necesario un cambio.
  • El cambio no se basa en ninguna razón de peso. Debe haber un objetivo claro detrás del rebranding, sino las posibilidades de éxito se reducen considerablemente. Las marcas que incorporan estrategias de rebranding simplemente porque los demás lo hacen no suelen obtener buenos resultados.
  • La estrategia es equivocada. Antes de iniciar un cambio de look, las marcas deben realizar un exhaustivo plan de marketing y un profundo análisis del mercado, evaluando su propia necesidad de cambio desde el punto de vista del consumidor.
  • El consumidor termina confundido. Sí a cambiar la imagen de marca, pero no hasta el punto que no nos reconozcan. Un rebranding tan extremo puede provocar un rechazo por parte de nuestro target.
  • El cambio ha sido para mal. La estética y diseño del rebranding juega un papel fundamental en su éxito o en su fracaso. Si el nuevo diseño de una marca es peor que el anterior, es obvio que el cambio le perjudicará más que beneficiar.
  • El cambio llega demasiado tarde. El cambio tiene que efectuarse en el momento oportuno para ser eficaz. Si la imagen de marca ya está deteriorada, el rebranding tampoco le ayudará demasiado.
  • El cambio es inapreciable. De nada sirve efectuar una gran inversión en una acción de rebranding si después, ésta pasa completamente desapercibida al consumidor. El cambio siempre debe aportar un plus que sea percibido por los clientes.
  • El cambio es un mero intento de imitar a la competencia. Las acciones de rebranding, motivadas por los cambios de la competencia son sumamente peligrosas porque no contribuyen a la diferenciación, si no a que unas marcas y otras sean totalmente intercambiables entre sí de cara al público.
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