
¿Cuáles son las tres situaciones más angustiosas para un Social Media Manager? Te indicamos cómo combatirlas
El día a día de un Social Media Manager no es sencillo; gestionar la imagen digital de una marca implica estar al tanto de todo. Ahora bien, hay tres situaciones que se convierten en una auténtica pesadilla. Te indicamos cuáles son y cómo combatirlas:
- Cometer errores tipográficos y gramaticales. Esta pesadilla, que tan a menudo acucia a los social media managers, tiene prácticamente curados de espanto a estos profesionales. ¿La buena noticia? Que los errores tipográficos y gramaticales pueden evitarse fácilmente, siguiendo estas sencillas reglas: una revisión por una segunda persona de tus posts antes de publicarlos en las redes sociales; comprobar un mínimo de dos veces nuestros posts, sin olvidarnos de repasar también las @menciones en Twitter porque a veces, con las prisas, terminamos mencionando a usuarios que ni siquiera existen en la red de microblogging y finalmente, ante cualquier vacilación de índole ortográfica y gramatical, es preferible solventarla consultando el diccionario.
- Publicar desde la cuenta equivocada. Sin duda, confundir la cuenta de la empresa con tu cuenta personal es uno de aquellos errores imperdonables. Para evitarlo te aconsejamos: utilizar diferentes navegadores para distintas necesidades; utilizar una herramienta de social media management, donde puedas gestionar todos tus perfiles 2.0 y mantener separadas las cuentas personales y las profesionales, y en última instancia, pero no menos importante, comprobar un mínimo de dos veces todo el contenido que vas a publicar o programar en las redes sociales.
- Un cliente insatisfecho que no razona. Las quejas son muy habituales en el día a día laboral de los social media managers. No obstante, éstas pueden apaciguarse (y prevenirse) de la siguiente manera: escuchando con atención a los consumidores, respondiendo lo antes posible, a las quejas de los clientes; no siempre podremos contestar al cliente de manera inmediata, pero si la respuesta es rápida, la ira de quien formula la queja se aplacará casi con toda probabilidad.